¿CÓMO PERCIBIMOS EL COLOR?
Percibimos el color cuando las diferentes longitudes de onda que componen la luz blanca son selectivamente interferidas por la materia (absorbida, reflejada, refractada, dispersa o difractada) hasta llegar a nuestros ojos, o cuando no se ha emitido una distribución de luz no blanca.
- ¿Qué sucede en el ojo?
La luz desde un objeto externo es refractada moviéndose a través de la córnea, moviéndose luego hacia la pupila, la cual es controlada por el iris. La luz es nuevamente refractada por el cristalino, el cual proyecta una imagen invertida en la retina, o el revés, en la superficie del globo ocular. Allí, es absorbida por pigmentos en células fotosensibles, llamados conos y bastones. Estos fotorreceptores convierten la luz (fotones) en signos electroquímicos, los cuales son procesados por circuitos neuronales en la retina y transmitidos al cerebro.
Los conos se comportan como lo hacen las células fotoeléctricas, transformando la luz en electricidad, siendo las diferencias de intensidad eléctrica correspondientes a cada uno de los colores las que permiten su identificación y, en definitiva, la visión de los colores. Los conos se concentran en una región cerca del centro de la retina llamada fóvea.
Los conos son los responsables de la visión del color y se cree que hay tres tipos de conos, sensibles a los colores rojo, verde y azul, respectivamente. Dada su forma de conexión a las terminaciones nerviosas que se dirigen al cerebro, son los responsables de la definición espacial. También son poco sensibles a la intensidad de la luz y proporcionan visión fotópica (visión a altos niveles).
Los bastones se concentran en zonas alejadas de la fóvea y son los responsables de la visión escotópica (visión a bajos niveles). Los bastones comparten las terminaciones nerviosas que se dirigen al cerebro, siendo por tanto su aportación a la definición espacial poco importante. La cantidad de bastones se sitúa alrededor de 100 millones y no son sensibles al color. Los bastones son mucho más sensibles que los conos a la intensidad luminosa, por lo que aportan a la visión del color aspectos como el brillo y el tono, y son los responsables de la visión nocturna.
Por tanto cualquier anomalía en el funcionamiento de estos fotorreceptores producirá una percepción anómala de los colores, como les ocurre a las personas daltónicas.
Si queremos ponernos en el lugar de las personas daltónicas existen programas que lo que hacen es simular este problema, de modo que tu pantalla lucirá como si lo estuviera percibiendo alguien con tal inconveniente.
Dicho programa, Color Oracle, se puede descargar en la página:
http://www.soydemac.com/2008/01/29/%C2%BFcomo-ven-lo-daltonicos-mac-y-color-oracle-te-ayudan-a-saberlo/
Beatriz Fernández Pérez
Percibimos el color cuando las diferentes longitudes de onda que componen la luz blanca son selectivamente interferidas por la materia (absorbida, reflejada, refractada, dispersa o difractada) hasta llegar a nuestros ojos, o cuando no se ha emitido una distribución de luz no blanca.
- ¿Qué sucede en el ojo?
La luz desde un objeto externo es refractada moviéndose a través de la córnea, moviéndose luego hacia la pupila, la cual es controlada por el iris. La luz es nuevamente refractada por el cristalino, el cual proyecta una imagen invertida en la retina, o el revés, en la superficie del globo ocular. Allí, es absorbida por pigmentos en células fotosensibles, llamados conos y bastones. Estos fotorreceptores convierten la luz (fotones) en signos electroquímicos, los cuales son procesados por circuitos neuronales en la retina y transmitidos al cerebro.
Los conos se comportan como lo hacen las células fotoeléctricas, transformando la luz en electricidad, siendo las diferencias de intensidad eléctrica correspondientes a cada uno de los colores las que permiten su identificación y, en definitiva, la visión de los colores. Los conos se concentran en una región cerca del centro de la retina llamada fóvea.
Los conos son los responsables de la visión del color y se cree que hay tres tipos de conos, sensibles a los colores rojo, verde y azul, respectivamente. Dada su forma de conexión a las terminaciones nerviosas que se dirigen al cerebro, son los responsables de la definición espacial. También son poco sensibles a la intensidad de la luz y proporcionan visión fotópica (visión a altos niveles).
Los bastones se concentran en zonas alejadas de la fóvea y son los responsables de la visión escotópica (visión a bajos niveles). Los bastones comparten las terminaciones nerviosas que se dirigen al cerebro, siendo por tanto su aportación a la definición espacial poco importante. La cantidad de bastones se sitúa alrededor de 100 millones y no son sensibles al color. Los bastones son mucho más sensibles que los conos a la intensidad luminosa, por lo que aportan a la visión del color aspectos como el brillo y el tono, y son los responsables de la visión nocturna.
Por tanto cualquier anomalía en el funcionamiento de estos fotorreceptores producirá una percepción anómala de los colores, como les ocurre a las personas daltónicas.
Si queremos ponernos en el lugar de las personas daltónicas existen programas que lo que hacen es simular este problema, de modo que tu pantalla lucirá como si lo estuviera percibiendo alguien con tal inconveniente.
Dicho programa, Color Oracle, se puede descargar en la página:
http://www.soydemac.com/2008/01/29/%C2%BFcomo-ven-lo-daltonicos-mac-y-color-oracle-te-ayudan-a-saberlo/
Beatriz Fernández Pérez